Un gato gris me mira curioso mientras camino.
Los chinos de mi barrio trabajan,y dos tambaleantes dominicanos tratan de mantener la verticalidad costosamente.
Los yonkis ya no pasean sus débiles brazos pidiendo monedas.
La casa okupada por los italianos se volvió a quedar vacía.
Nunca se duerme del todo mi barrio y respira siempre con cierta fatiga.
Fatiga de trabajar y luchar.
Cansacio de vida obrera y de sopas de pan.
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